ארכיון יומן של ספטמבר 2019

ספטמבר 8, 2019

Mi primera aportación naturalista

Eran pasadas las diez de la noche de un día cualquiera. Mis gatos estuvieron muy inquietos, persiguiendo algo que volaba, nada visible a mis ojos, quizás algún mosquito. De pronto se tranquilizaron, pero dos de ellos dirigieron su mirada hacia la puerta, abajo de la misma y acudieron a explorar con su pata.
A la distancia miré que jugaban con algo; un hilo, pensé. Pero, su comportamiento era más de curiosidad que de juego. Me acerqué y recogí lo que parecía una lombriz. Algo extraño dado que estábamos en una de las habitaciones superiores de la casa y me resultó raro también el movimiento ondulatorio del animal, no muy parecido al de las lombrices. Llevé al animal al jardín donde lo deposité en la compostera, pensando que sería una lombriz y ahí haría su agosto nutritivo.
A la mañana siguiente, revisando la huerta, abrí la compostera y ahí estaba el animal, muerto. Lo extraje. La brillantez de su piel negra me dio pauta para pensar que no era ninguna lombriz. Lo miré de cerca, tomé la foto que acompaña a esta nota y al acercarla observé escamas en el cuerpo y una cabeza redondeada con una fina lengua bífida o eso pensé.
Compartí la imagen con un par de amigos y uno de ellos me refirió esta página en las observaciones de Cecilia mexicana. Sí, es bastante parecido el animal. Sin embargo, haciendo la comparación de las imágenes, la Cecilia tiene anillos, no escamas; cabeza más alargada y menos redondeada. Seguí buscando y hallé la mayor similitud con las serpientes ciegas.
¿De dónde provino?
En la zona ha sido poco frecuente hallar víboras, culebras o serpientes; pero, las hay. En su mayoría de agua, verdes y habitan en las riberas de ríos de deshecho o en los vasos concentradores. Las observaciones más comunes las recuerdo hasta los años 70 del siglo pasado, antes que la urbanización hiciera estragos en los alrededores. Nunca había tenido noticia de una serpiente como esta aquí.
Dada su descripción, en cuanto que se alimenta sobre todo de hormigas, la explicación para que apareciera estaría en que desde hace ya poco más de cinco años tenemos en la zona una severa infestación de hormigas (la zona es colindante con Azcapotzalco, y no está de más recordar el significado nahua de ese nombre: lugar de hormigueros).
Aun así, según esa misma descripción en cuanto cómo está distribuido este animal, esta zona no aparece mapeada lo que lleva a la segunda hipótesis relacionada con la posibilidad de que pudiera haber sido trasladada en el equipaje de un viajero proveniente e Aguascalientes días antes.
Lo cierto es que, este hallazgo doble, de la serpiente y de la página, me motiva a abrir mi cuenta aquí y compartir estas y nuevas experiencias de lego naturista.

הועלה ב-ספטמבר 8, 2019 04:07 לפנה"צ על ידי vetanaturalista vetanaturalista | תצפית 1 | 0 תגובות | הוספת תגובה

ספטמבר 14, 2019

Segundo avistamiento de una culebrita, ¿la misma?

Ha habido un segundo avistamiento, anoche, 12 de septiembre de 2019, mismo lugar. Sinceramente no sé de dónde llegan o dónde las atrapan mis gatos, pues nunca había visto estas en mi jardín. Aun así, los gatos de nuevo atraparon una, jugaron con ella dentro de la casa, la atrapé y llevé intacta a mi jardín donde se perdió de la vista entre el paso. Esta ocasión la vi no de color negro, sino más próxima en color a la sugerida originalmente como Afroasiática. Así que ya no sé qué pensar. ¿Puede ser que estén conviviendo? ¿Puede ser que el color cambia según ciertas circunstancias? Y, aun investigando un poco más, persiste la duda acerca de su dieta, pues no hay mucha información en internet acerca de estas culebritas y la que hay está muy básica. Esta vez no pude subir foto porque tomé video y n quedó con la mejor calidad para extraer una imagen fija donde pudiera verse su color pardo oscuro, a diferencia de la otra.

הועלה ב-ספטמבר 14, 2019 12:08 לפנה"צ על ידי vetanaturalista vetanaturalista | תצפית 1 | 0 תגובות | הוספת תגובה

ספטמבר 26, 2019

Entre la superstición y el naturalismo

Sé que tal vez los apuntes en este diario adolezcan, a veces, de un rigor científico en la redacción. Mi oficio de escritor debe ser culpado antes que nada. Solo espero que la falta de rigor (en parte intencional) no sea un obstáculo para la finalidad que es describir las experiencias de un naturalista diletante siempre dispuesto a aprender de lo que la vida, la naturaleza y los otros nos dan.
Hacia finales de los años 90 del siglo pasado leí una novela, "La Lágrima", cuya historia en cierto modo y aparentemente narra parte de la historia de mi familia por el lado materno oriunda del bajío y el occidente. De la mitad en adelante, la novela utiliza, describe, narra cómo los alacranes son, para la familia de la novela, una señal recurrente que encierra mensajes sobre desgracias por ocurrir en la familia, pudiendo aparecer filas de alacranes en escenas que causan horror.
En la zona de Naucalpan, donde vivo desde hace 50 años, nunca me había tocado ver alacranes negros ni ninguno otro, lo que no significa que no hubiera en las zonas rurales o boscosas de los alrededores.
Luego de que leí esa novela pasaron dos cosas extraordinarias. Primero, caí en la cuenta de que, desde finales de los ochenta, tras el sismo que afectara a la Ciudad de México en 1985, la zona de Naucalpan en que me encuentro se cundió de cucarachas europeas. Se hizo una verdadera plaga a la que siguió una plaga de hormigas negras que expulsó a las hormigas arrieras que había por aquí; hoy es raro verlas a estas. Las plagas siguen en 2019. La población humana se incrementó también por quienes, temerosos de los tremores de tierra, migraron del Distrito Federal, hoy Ciudad de México, a la zona metropolitana. Esto significó un aumento en la presión socioeconómica, urbana e incluso ecológica, pues las inmobiliarias, que ya venían depredando la zona, hicieron su agosto de la mano de gobiernos corrompidos y líderes ejidales, cundiendo a su vez, como si plaga, los cerros alrededor del valle con construcciones residenciales, industriales, comerciales y de oficinas.
Esta presión, supongo, incidió en expulsar a varias especies animales y mezclarlas con el resto de la fauna, el animal humano incluido. Entre ellas, los alacranes. Esa es una explicación para la plaga que ellos de pronto significaron. Asimismo, comenzó a notarse un aumento en las apariciones de arañas violinistas, y falsas violinistas que encontraron en las casas y departamentos los rincones más tranquilos y confortables para adaptarse.
Esa es una explicación para las observaciones de alacranes. Pero, tengo otra. Mi padre, por esa misma época, acopió en la casa unas cajas con mercancía durante más de un año. En ese tiempo, ni señas de alacranes. Enviamos algunas cajas a Villahermosa, Tabasco, para que un familiar allá ofreciera la mercancía. Sin éxito, el familiar nos devolvió las cajas. A la semana aparecieron los primeros alacranes. Esto ya sucedió entrado el siglo, hacia 2005 cuando además se decidió vender el terreno donde estaban guardadas dichas cajas. En 2006 falleció la hermana de mi madre y desde entonces se desataron varias desgracias por el lado materno. ¿Coincidencias?
Mis recientes observaciones también podrían tener un par de explicaciones lógicas: la casa de atrás está abandonada y de ahí llegaron movidos en su cacería nocturna. O están en mi jardín y de ahí surgieron y los gatos los hallaron tras las copiosas lluvias.
Coincide la aparición también con dos hechos previos: 1) la casa de al lado celebró ruidosamente el 15 de septiembre, quizá las vibraciones sonoras los espantaron. 2) Compré y acomodé en mi jardín plantas benéficas para la huerta: lavanda y citronela. Entiendo que la primera, por su aroma, es repelente de cucarachas y alacranes, según las consejas populares.
Entre la superstición y el naturalismo siempre procuraré quedarme con las explicaciones lógicas. No obstante, en mi experiencia personal, algunas cosas las rebasan o ponen en tela de juicio.
Los murciélagos que habitaban las cuevas en el Cerro de Moctezuma, Los Remedios y otros cercanos, y que surcaban los cielos nocturnos con puntualidad inglesa a las 11 de la noche, a las 3 y 6 de la mañana y que sobrevolaban a escasos metros sobre mi casa volando de ida y vuelta rumbo a Azcapotzalco dejaron de pasar. Hoy es raro escucharlos. En cambio, he visto búhos anidando en las palmas del fraccionamiento en que habito y algún aguililla o halconcito rondando los parques, volando alto por sobre el Periférico y Las Torres de Satélite.
Algo similar ha sucedido con otras aves que, más propias de climas más templados, desde mediados de los noventa empezaron a aparecer en esta zona, como es el caso de los zanates, de los que no tuve noticia sino hasta que aumentó su población aquí ocasionando, en contra, la disminución de torcazas y de colibríes. Asimismo, las palomas incrementaron su población hasta hace cuatro años que se vio rebasada por la de los zanates. También, en este tenor, he podido observar una disminución en el tamaño de los gorriones de la zona. ¡Y ahora por ahí rondan unos loros y guacamayas!; quizá fugitivas de alguna casa.
Y qué decir de las culebras negras sobre las que ya publiqué una entrada previa en este diario. En fin, queden estos indicios de los cambios, unos debidos al clima y otros por causa de la intervención del hombre. La vida, se ve, va.
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הועלה ב-ספטמבר 26, 2019 02:24 לפנה"צ על ידי vetanaturalista vetanaturalista | 2 תצפיות | 0 תגובות | הוספת תגובה

Cuando la belleza se hace plaga

A todos nos fascinan y encantan las mariposas, más las de día que las nocturnas o las polillas. Por sus colores, su gracia. Pero algunas de ellas pueden ser una verdadera monserga en los huertos. Es el caso de la mariposa blanca de la col cuyas larvas eclosionan en los anversos de las hojas de las plantas donde deposita sus huevas amarillas. Esos lindos, graciosos y hermosos gusanitos de tonos y colorido de azules, verdes y amarillos tornasolados pueden acabar con un sembradío de hortalizas y, si no es suficiente, arrasar con plantas aledañas al huerto.
Desde que comencé mi pequeño huerto urbano he estado pendiente de que estas no se propaguen y conviertan en una franca plaga. Las plantas trampa, como la capuchina son las que cargan con el problema, pero uno no debe dejarles todo el trabajo.
Personalmente, a veces extraigo las hojas donde encuentro las huevas y las aplasto evitando, previniendo un problema mayor; pero, también a veces, opto por no hacer nada y dejar a la naturaleza seguir su curso. A veces no riño a los gatos que, por atraparlas al vuelo, hacen uno que otro destrozo mínimo en el huerto.
Siendo el mastuerzo también una planta comestible y no solo de ornato o instrumento distractor para ciertos insectos, procuro mantenerla sana para poder cosechar sus flores, tallos y hojas y las ricas alcaparras que son sus frutos ya sea para hacer ensaladas o guisar.
Las hojas, por otra parte, hervidas para hacer una infusión con ajo y añadiendo frío vinagre hacen un adecuado repelente para otros insectos y sí funciona, a diferencia de algunos otros mejunjes que me han recomendado.

הועלה ב-ספטמבר 26, 2019 03:19 לפנה"צ על ידי vetanaturalista vetanaturalista | תצפית 1 | 0 תגובות | הוספת תגובה

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